No podía olvidarme de escribir una entrada dedicada a Cáceres, una ciudad que no solo me recuerda a mis raíces por su cercanía a La Vera, sino que, hace un año me acogió por un tiempo y me atrapó de inmediato…
Cáceres, no es una ciudad cualquiera, ya que está cargada de historia en cada rincón de sus calles, por su territorio se han asentado diferentes culturas y civilizaciones, desde los romanos quienes le otorgaron su primer nombre “Norba Caesarina”, pasando por los visigodos, musulmanes… hasta llegar a nuestros días de manera que aún hoy, podemos ver el paso del tiempo en todos los monumentos que encontramos en la ciudad.

Si algo caracteriza a Cáceres es que de todas aquellas épocas que ha vivido, la que más huella ha dejado es la medieval, hecho por el que en 1986, fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su buena conservación, y es que Cáceres es el tercer conjunto histórico mejor conservado de Europa, y como ya hemos dicho, muy marcada por el medievo, muchas veces ha sido nombrada como “La Ciudad de los 1001 Escudos” por la gran cantidad de blasones pertenecientes a la nobleza que podemos encontrar en gran cantidad de sus edificios.
Así que, sin más vamos a adentrarnos en un recorrido por los imprescindibles de Cáceres, un paseo esencialmente por la época de los Reyes Católicos, con tintes andalusís y romanos e incluso una excursión de naturaleza y cine…

Lo primero que encontramos al entrar al casco histórico de Cáceres es su muralla, que data de finales del siglo XII y es principalmente almohade. Lo que más destaca es la construcción de sus 16 torres albarranas de las que destacamos la Torre de los Púlpitos y la Torre de Bujaco, que es icono de la ciudad y sirvió para proteger a la ciudad de los avances musulmanes, pero sin duda lo más llamativo es el Arco de Estrella, que daba acceso

al recinto amurallado y por ello a la Ciudad Monumental, este arco es de estilo barroco reconstruido sobre la entrada del S XV, fue muy relevante porque allí Isabel la Católica juró los fueros en 1477, posteriormente Fernando el Católico lo haría de igual manera dos años más tarde.
Siguiendo nuestro camino, llegamos a la Plaza de Santa María, que alberga el Palacio de Carvajal con su famosa higuera de más de 400 años de antigüedad, y la Concatedral de Santa María, que tiene mezcla de estilos renacentista y gótico. De ella debemos destacar el retablo de estilo plateresco del SXVI y la talla del “Cristo Negro” muy famosa en Semana Santa por su procesión.

Continuamos hasta la Plaza de los Golfines, donde nos detenemos a admirar la crestería plateresca del Palacio de los Golfines de Abajo que data del S XV y además sirvió de alojamiento de los Reyes Católicos. Así dejando atrás este palacio, llegamos a la Plaza de San Jorge (Patrón de la ciudad) y a su llamativa Iglesia de San Javier de fachada blanca de estilo barroco y datada del SXVIII que actualmente alberga el Centro de Divulgación de la Semana Santa Cacereña.
Dejando atrás la Plaza de San Jorge, continuamos hasta la Plaza de las Veletas, donde podemos encontrar diversos edificios de importancia como el Palacio de las Cigüeñas con su famosa torre, que destaca por ser la única que Isabel la Católica no mandó desmochar, ya que los nobles que habitaban ahí, estuvieron de su lado en su lucha por el poder contra Juana la Beltraneja; justo al lado encontramos el Palacio de las Veletas, que data del S XV y se erigió sobre una construcción andalusí, en cuyo sótano encontramos oculta una joya árabe: el aljibe, que es importante por su gran tamaño y por ser el segundo más grande de Europa y uno de los mejores conservados del mundo. Sirvió de abastecimiento de agua a la ciudad por mucho tiempo, y aún hoy se conserva en muy buen estado; además, el palacio alberga el Museo de Cáceres, donde podemos conocer un poco de su historia a través de los distintos vestigios que guarda.
Llegamos casi al final de nuestra ruta de lugares esenciales de Cáceres, y lo hacemos adentrándonos en la Judería Vieja, que llama la atención por sus casas encaladas y sus carteles con la estrella de David; allí, no debemos olvidar en nuestra visita la Ermita de San Antonio, que se construyó sobre la antigua sinagoga del barrio judío.

Para terminar, saldremos por el Arco del Cristo, que es la puerta de acceso más antigua que se conserva en Cáceres. Es la única de las cuatro puertas de época romana por las que se podía entrar a la ciudad, además de ser uno de los pocos restos de esta época que se conserva junto con partes de alguna de sus torres.
Todo esto es lo que podemos encontrar en la Ciudad Monumental de Cáceres, dentro de intramuros, pero Cáceres, es mucho más y a catorce kilómetros aproximadamente, encontramos el monumento natural de Los Barruecos, que fue escenario también de la serie Juego de Tronos; en él no solo podemos encontrar un espacio en plena naturaleza de gran belleza, sino que también hallamos yacimientos arqueológicos en sus proximidades y el Museo Vostell, con esculturas de arte muy singular entre las que encontramos una torre formada con coches y hasta un avión.
Aquí termina nuestro recorrido por una ciudad llena de historia, y de personas maravillosas que hacen que te sientas realmente como en casa cada vez que la visitas, un lugar en el que cada rincón supone encontrarse con sorpresas, curiosidades y leyendas que vienen de sus años de historia, de sus tradiciones que en conjunto forman un legado magnífico digno de conocer y por qué no: transmitir, porque nuestro patrimonio y nuestra historia es algo que no debe caer en el olvido…
Espero que os haya gustado esta entrada hecha con cariño por esta madrileña a la que sus raíces, sus visitas y vivencias a esta tierra, le han hecho tener el corazón extremeño.
Yenisey Amoreti Méndez